Originalmente era una alfombra. Una fotografía de una revista cualquiera me hizo pensar en la posibilidad de una frazada hecha con retazos de polar, para las siestas de fin de semana en las frías tardes de invierno... y salió esto, que realmente ha sido útil. Con lápiz y papel dibujé los esquemas que se repiten cada dos corridas, intercambiándolos de lugar.